jueves, 23 de octubre de 2008

Consigna a partir del azar: La Carta

Nombre y Apellido: Carolina Di Martino
Lugar: Mar del Sur
Fecha: 27 de Diciembre
Fragmento de canción: Mamamia, here go again


Buenos Aires, 27 de Diciembre de 2008

Querido Pedro Ramírez:

Hola, mi nombre es Carolina Di Martino, usted no me conoce pero yo sí a usted.
Lo que le voy a contar lo va a sorprender y quizás sienta un rechazo hacia mi persona, soy conciente de eso.
Bueno, mi madre se llama Maria Di Martino, nosotras somos de Mar del Sur, de su pueblo natal. Quizás, usted se acuerda de ella. Mi madre me contó que ustedes se habían conocido hace exactamente 30 años, el 27 de diciembre de 1978, en plena dictadura militar.
Ella recuerda con mucha claridad ese día. Ustedes estaban en la casa de un amigo que tenían en común, con motivo del festejo de fin de año. Según mi madre, usted era un joven apuesto y con mucha personalidad. Esa noche se fueron juntos de la fiesta y comenzaron un noviazgo que duro tan solo tres meses.
Durante ese tiempo, en el que ustedes fueron novios, ella fue muy feliz. Recuerda las tardes en que caminaban por la playa y lo cariñoso que usted era con ella; de las salidas al cine y a los boliches donde bailaban su canción favorita del grupo Abba. Mi canción favorita es la misma que la de mi madre, esa que dice: Mamamia, here go again.
Durante esos meses mi madre llegó a enamorarse de usted, pero no podía decir nada porque sus padres eran capaces de matarla. Ella se enteró que usted era parte del grupo paramilitar Montoneros, pero nunca se lo quiso preguntar por temor a que fuera cierto. Su temor era que usted la abandonara por saber cosas que lo podían poner en peligro, por lo tanto decidió callar.
La noche anterior a su partida, mi madre se escapo de la casa de sus padres por la ventana de su habitación para encontrarse con usted en una casa abandonada. Esa fue la última noche que se vieron. Usted le había dicho que tenía que hacer un viaje a la capital, pero no le dijo el motivo de ese viaje.
Días más tarde, mi madre se enteró que usted se fue a la capital para unirse a la revolución. Se angustió mucho. Temía que usted fuera a morir.
Al mes, mi madre se enteró que estaba embarazada, no sabia que hacer, trato de ocultar el embarazo, pero con el tiempo tuvo que confesárselo a sus padres. Ellos querían que abortara, pero ella decidió hacerse cargo de su embarazo.
Mi madre siempre me dijo que yo era el fruto de ese amor que se tenían. Ella intentó buscarlo, pero le habían dicho que usted había muerto en un enfrentamiento con los militares.
Después de muchos años yo mantenía la ilusión de que estuviera vivo y decidí buscarlo.
Hoy lo encontré gracias a un amigo que se fue a la capital y logró ubicar su paradero. Mi amigo me dijo que usted tiene esposa e hijos.
No piense mal. Yo lo busqué porque solo quiero conocerlo. No pretendo que a mis casi 30 años cumpla su función de padre. Solo quiero que me conozca a mí y a mis dos hijos.
Lamento haberlo molestado, solo le pido que si lo siente en su corazón me responda esta carta.

Con cariño, su hija Carolina Di Martino.

1 comentario:

Melina dijo...

El texto logra que el lector visualice cada uno de los momentos compartidos por la pareja. Existe una tension desde el inicio que genera intriga, uno desconoce el motivo por el cual se redacta la carta, sin embargo se puede deducir cuando nos enteramos que el es montonero. A pesar de esto el giro que toma es distinto al que uno intuye, el hecho del embarazo sorprende y sobre el desenlace logra emocionar y sorprender al lector, ya que es muy profundo el tema.
Me gusto mucho, felicitaciones...

Melina Nieto