sábado, 27 de septiembre de 2008

Tres filósofos y una picada

Me acerco a la mesa para agarrar un sándwich de miga, pero cuando mis dedos tocan la masa me doy cuenta que no es de miga, ni tiene fiambre en su interior. -Es una torta frita- me digo a mi mismo, pero más tarde me enterare que se llama pan árabe y que está hecho sin levadura. Se trata de una mesa bastante peculiar es una mesa griega que contiene dátiles, sardinas, quinotos, pan árabe, aceitunas negras, vino tinto y te helado, todo aquello que nunca me hubiese imaginado encontrar en una picada. Una picada tan extraña como el lugar donde se lleva a cabo. Es una especie de depósito con un altillo donde guardan, lo que parece ser, las escenografías de las obras de teatro. Los actores, que resultan no serlo, y los técnicos artísticos hablan sobre la experiencia teatral con las personas que presenciaron la obra, mientras disfrutan del ¨ banquete filosófico ¨.
Me acerco para escuchar a Leonardo Sacco, profesor de filosofía de la Universidad de Buenos Aires y uno de los tres interpretes la obra de teatro Tres filósofos con bigotes, dirigida por Vivi Tellas.
Leonardo habla con dos jóvenes a quienes les comenta que todo lo que sucede en la obra es real y que ellos no son actores, solo hacen una interpretación de sus vidas y de sus profesiones.
-¿Todo es real?-, le pregunto asombrado. - Si, como les decía a ellos, nosotros no somos actores. Tanto la carta que me escribió mi padre como las biografías de Alfredo y Eduardo (los otros dos filósofos de la obra, que también son profesores de filosofía de la Universidad de Buenos Aires) son cosas que sucedieron -.
¿Pero hasta que punto algo es real? ¿Lo real siempre es verdad? ¿Todo lo que percibimos con nuestros sentidos es lo real? Bueno, esta incógnita de lo real es uno de los temas que se desarrollan en la obra de teatro filosófica, que tiene un comienzo bastante irreal.
Mientras espero en la vereda del teatro a que alguien dé la orden de entrada, me doy cuenta que muchas veces había caminado por esta zona sin percatarme de la existencia de este teatro. Será por eso que me detengo en el detalle de una de las paredes del frente que dice ¨ TEATRO ¨ en letras tan grandes que son difíciles de no ver; o en la fachada de la entrada que tiene un toldo que llega hasta el cordón de la vereda que da a la Avenida Sarmiento.
Mientras observo y pienso en todo lo que me puede servir para escribir la crónica escucho que alguien invita a entrar a la gente con motivo del inicio de la obra. Un hombre ciego, de edad mayor, entra acompañado por una señora que lo ayuda agarrándolo del brazo. Espero a que entren unas 10 personas y luego ingreso.
Al entrar a la sala me sorprende ver las butacas como si fueran parte de lo que seria el escenario. Eran tres hiladas con 15 butacas en cada fila. Me siento en la última fila para tener una visión de toda la sala.
Tres hombres hablan y juegan al tiro al blanco con arco y flechas, pero pienso que están acomodando y probando los elementos de la escenografia, ya que cuando ingrese a la sala ya estaban en lo suyo. Tuvieron que pasar unos minutos para darme cuenta que la obra de teatro ya había empezado antes de que entrara el público.
Eduardo, Alfredo y Leonardo, los tres filósofos, debaten sobre la mejor manera de acertar al centro del blanco. Uno dice que lo mejor es no pensar en el momento en que se va a tirar; otro le contesta que lo mejor es usar la razón; y el tercero comenta que en Oriente hay dos situaciones en las cuales el hombre no piensa: en el orgasmo y en la respiración.
Alfredo es el más grande en edad y es el que peor puntería tiene, quizás porque piensa mucho. Leonardo es el segundo en edad y con las flechas anda bastante bien ¿Será porque se paso al monoteísmo? Eduardo es el más chico y el de mejor puntería, seguro que no piensa en nada.
A los cinco minutos de haber empezado la obra una voz que sale de los altoparlantes nos da la bienvenida y da por comenzada la obra, que en realidad había comenzado antes de que entrara el público.
Los tres filósofos dejan el arco y las flechas, se sientan y quedan en silencio mientras se escucha una música. De repente, la música desaparece y los filósofos se levantan de sus sillas. Leonardo se dirige hacia un lavatorio y comienza a afeitarse; Eduardo infla un globo mientras Alfredo lee una cita filosófica. Unos segundos más tarde se escucha una explosión, es el globo de Eduardo que acaba de explotar de tanto inflarlo. Alfredo se queda en silencio.
Todo me resulta sin sentido, no le encuentro la relación al globo y al acto de afeitarse con lo que Alfredo lee. Pareciera que los actores, que resultan no serlo, pasan de un tema a otro sin mantener una relación de coherencia.
Al pensar esto me acuerdo del hombre ciego que es parte del público. Si a mi me resulta complicado entender todo lo que veo y escucho ¿como le resultara al ciego que cuenta con un sentido menos?
En el transcurso de la obra se debaten varios temas filosóficos como la perfección, teniendo como ser perfecto a dios; el concepto de razón desde la filosofía de Kant: conocer es construir; la teoría de Descartes: pienso luego existo, teniendo a los hinchas de fútbol como sus más fervientes seguidores por el ¡vos no existís!
Entre tema y tema hacen un parate para tirar al blanco, funcionando como un descanso para luego iniciar un nuevo debate.
Leonardo cuenta un momento particular de su infancia, donde el padre que esta de viaje le escribe una carta de amor a su madre. Es una carta escrita con mucho cariño y ternura. Me imagino que para Leonardo debe de representar el verdadero amor que se tenían sus padres.
Alfredo centra su historia en su adolescencia cuando participaba de un movimiento comunista en contra de los militares. Cuenta que una vez uno de sus compañeros le pidió que llevara una bolsa (de esas que son de paja y las mujeres usaban para hacer los mandados) con cuatro bombas molotov, y se la entregara a otro compañero que se encontraba en otro distrito de Buenos aires, con el objetivo de hacer la revolución.
Eduardo es descendiente de italianos. Cuenta la historia de su abuela que vino a la Argentina desde Italia con el sueño de tener una vida mejor de la que tenia. Eduardo recuerda su infancia y dice: ¨ Esta es la música que escuchaba cuando era chico ¨. Comienza la música a sonar. Se trata de un chamame que nunca había escuchado, por lo que nose como se llama. Eduardo escucha la canción y camina por el escenario, se acerca a Alfredo y lo invita a bailar. Alfredo se levanta de su silla y comienza a bailar el chamame con Eduardo.
Me causa risa, pero no solo a mí. El publico lanza una carcajada al ver a los dos filósofos agarrados de las manos y bailando el chamame.
Al verlos bailar me acuerdo del hombre ciego que está entre el público. Me pregunto si alguien le explicara lo que está sucediendo ¿Sabrá porque nos reímos?
Que difícil debe ser comprender una situación de carácter audiovisual cuando solo se cuenta con uno de los dos sentidos.
La música se detiene y los filósofos ocupan sus asientos.
Comienza el debate sobre que es lo real, y para explicar la teoría que propone Platón para llegar el conocimiento, los tres filósofos hacen una representación de la Alegoría de la Caverna.
Todas la luces se apagan y en una oscuridad absoluta los filósofos empiezan a dar sus opiniones sobre la idea de lo real: uno dice que lo real es lo que percibimos con los sentidos; otro que la razón nos da la posibilidad de conocer lo real; y el tercero dice que la verdad es lo real.
Sumergidos en una oscuridad total, nuevamente la imagen del hombre ciego reaparece en mi cabeza. Ahora si estamos todos iguales. Estamos todos ciegos, sumergidos en la oscuridad como aquel hombre. Así son todos los días de la vida de aquel hombre, que entró al teatro ayudado por una señora que lo agarraba del brazo.
Leonardo se levanta de su silla y enciende un fósforo. Se dirige hacia una de las esquinas del escenario en busca de una luz portátil.
Alfredo, sentado de espada al público y con la mirada dirigida a la pared, hace la representación de un prisionero de la caverna de Platón.
La Alegoría de la caverna es una explicación metafórica, realizada por Platón, de la situación en que se encuentra el ser humano respecto del conocimiento. De este modo, Platón explica su teoría de la existencia de dos mundos: el mundo sensible (conocido a través de los sentidos) y el mundo de las ideas (solo alcanzable mediante la razón).
Platón describe una caverna, en la cual permanecen desde el nacimiento unos hombres hechos prisioneros por cadenas que les sujetan el cuello y las piernas, de forma que únicamente pueden mirar hacia la pared del fondo de la caverna y no pueden escapar. Detrás de ellos, se encuentra un muro con un pasillo y, seguidamente una hoguera y la entrada de la cueva que da al mundo, a la naturaleza. Por el pasillo del muro circulan hombres cuyas sombras, gracias a la iluminación de la hoguera, se proyectan en la pared que los prisioneros pueden ver.
En este mito, el ser humano se identifica como los prisioneros. Las sombras de los hombres y de las cosas que se proyectan, son las apariencias, es decir, lo que captamos a través de los sentidos y pensamos que es real (zona sensible). Las cosas naturales, el mundo que está fuera de la caverna y que los prisioneros no ven, son el mundo de las ideas, en el cual, la máxima idea, la idea de Bien (o verdad), es el sol. Uno de los prisioneros logra liberarse de sus ataduras y consigue salir de la caverna conociendo así el mundo real. Es este prisionero ya liberado el que deberá guiar a los demás hacia el mundo real, es el símbolo del filósofo.
La situación en la que se encuentran los prisioneros de la caverna representa el estado en el que permanecen los seres humanos alejados del conocimiento; únicamente aquellos capaces de superar el dolor que produciría liberarse de las cadenas, podrán contemplar el mundo de las ideas con sus inutilizados ojos.
Alfredo, el prisionero, logra liberarse de sus ataduras alcanzando al conocimiento, y en este momento, se encienden las luces.
Los tres filósofos caminan hacia una mesa ubicada en el medio del escenario; agarran una manzana cada uno, se la ponen sobre la cabeza y caminan en dirección al público. En el recorrido a Alfredo se le cae la manzana y tiene que retroceder a buscarla. Frente al público, los tres filósofos con bigotes y con manzanas en sus cabezas, cruzan los brazos y nos miran fijamente. Los filósofos se convierten en el blanco y el público en filósofos.
Luego de unos segundos en silencio comienzan los aplausos. Los actores, que resultan no serlo, saludan y nos invitan a compartir una picada filosófica.

domingo, 21 de septiembre de 2008

La argentina crónica: Frases de autores

Cuando se le pregunta a Carolina Reymundez sobre cuales son los límites éticos y metodológicos a la hora de investigar una historia para contarla, ella dice: ¨ Creo que en la crónica periodística no existen límites establecidos ni soluciones exactas como en las matemáticas. Cada cronista maneja sus propios límites cuando escribe y, por lo general son los mismos que usa para su vida ¨.
Los limites éticos no los da una profesión sino a vida misma de cada uno. Muchas veces se dice que el periodista debe tener ¨ buenos valores ¨ éticos y morales, pero antes de que los tenga el periodista lo debe tener la persona.
Siguiendo con esta línea de pensamiento Josefina Licitra dice: ¨ Existen los mismos limites que uno impone en la vida misma. La ética es personal, y uno la lleva consigo al trabajo ¨.
Y Daniel Reira dice: ¨ No soy partidario de la reglamentación de códigos de ética, sobre todo porque suelo dudar de la ética personal de los integrantes de las asociaciones que los reglamentan. Cada uno sabe lo que tiene que hacer y lo que no, cada uno hace su trabajo de acuerdo con el modo de conducirse que tiene en las otras áreas de la vida ¨.
Todo lo que debe de hacer o no un periodista a la hora de escribir esta determinado por sus propios límites personales.
Martín Caparros se pregunta porque los periodistas latinoamericanos se empeñan en despreciar a sus lectores o tratan de deshacerlos. Cada vez se preocupan más por competir con otros medios que por sus lectores. Quizás un ejemplo de esta clase de periodistas puede ser Alejandro Seselovsky, quien dice que de las diez cosas que más le preocupan a la hora de escribir, el lector está en el puesto catorce.

domingo, 14 de septiembre de 2008

Primer mini crónica: Caminando por la UNQUI

Salgo del aula 23 ubicada en el segundo piso de la UNQUI. El pasillo que recorro, en dirección al ágora, esta repleto de afiches fijados en las maderas que tienen las paredes.
Al llegar a la primera escalera desciendo en busca de alguien que me convide fuego para encender mi cigarrillo. Me dirijo hacia la mesa de la agrupación estudiantil Alianza Universitaria. En la mesa hay un encendedor junto a un atado de cigarrillos. Sentado en una silla detrás de la mesa hay un muchacho rellenito y con barba en su rostro al cual le pido fuego. Continuo con mi recorrido en dirección al centro de copiado. De las siete mesas que se encuentran en el pasillo solo 2 están ocupadas: la primera por dos chicas que charlan mientras toman mate; la segunda por una chica que escribe en su cuaderno.
Subo las escaleras que están a la derecha del final del recorrido. Al llegar a la cima observo la entrada al auditorio que esta a mi derecha, pero decido caminar hacia mi izquierda de vuelta al aula 23.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

DIARIO DE ESCRITOR

Se me hace difícil analizar el proceso de escritura que vengo realizando en estas últimas semanas. No se todavía si mi escritura a mejorado, o si sigue igual, quizás eso lo sabré una vez que la profesora haga una devolución del primer bloque. Lo que si puedo decir es que me siento más seguro a la hora de sentarme a escribir, comparado a la primera vez que me anote en el taller, hace 2 años. En lo que sigo igual es en el tiempo que me lleva escribir algo. Me cuesta encontrar las palabras correctas. Me preocupa que mis textos tengan problemas de coherencia y cohesión, y quizás esa preocupación es la que me retraza a la hora de elaborar una nota.
Con respecto a la experiencia de la entrevista me gusto mucho. Antes ya había realizado entrevistas pero con más tiempo. En aquellas ocasiones mis entrevistados eran personas a las que logre conocer en un tiempo mas prolongado.
En la entrevista que tuve que hacer para el taller, mi entrevistado era casi un desconocido para mí, solo sabia que era un documentalista y que era conocido de un profesor de la Universidad.
Para preparar la entrevista comencé a buscar información sobre él en Internet. Gracias al buscador pude encontrar su blog, donde me nutrí con mucha información. Conocí su carrera, vi algunos fragmentos de sus trabajos y mire algunas entrevistas que le habían hecho en el pasado. No quería preguntar pavadas, o algo que ya este en su blog.
Creo haber conseguido una buena entrevista, me gusto mucho como quedo.
Un cambio significativo que noto en este proceso de escritura es mi manera de leer los textos. Dicen que leyendo se aprende a escribir, bueno, creo estar cambiando mi forma de leer. Ahora presto más atención a la puntuación, al armado de las oraciones, a la forma de usar los verbos. Quizá los cambios no se noten a corto plazo, pero creo que con trabajo y constancia voy a lograr mi objetivo. Para mí es un verdadero desafió.

Entrevista a Miguel Mirra: UNA HUELLA EN EL CAMINO

Luego de una charla telefónica quedamos en encontrarnos a las 19:30 hs, en la confitería ¨ La posta del tiro ¨, ubicada a pocos metros de la cede del Movimiento de Documentalistas, en el barrio de San Telmo.
Para evitar llegar tarde al encuentro, ya que el transito en Capital Federal, en ocasiones, se torna insoportable, decidí estar un rato antes. Eran las 19 hs cuando miro mi celular y me dispongo a entrar a la confitería. Con espacios amplios y mesas distribuidas por los laterales; camino por el medio del salón sin mirar demasiado a mi alrededor. De reflejo noto que solo una mesa estaba ocupada, cerca de la puerta de entrada, por un hombre que escribía en un cuaderno, pero no le di importancia, ya que mi ansiedad y concentración estaban dirigidas a la entrevista que me disponía a concretar.
Indeciso sobre la ubicación más conveniente para hacer la entrevista, me siento dos mesas atrás de la que estaba ocupada por aquel hombre, que desde aquella ubicación me daba la espalda. Mientras saco de mi mochila un cuaderno y un grabador de periodista, una moza se acerca a mi mesa y antes de que pronunciara alguna palabra, le digo: ¨ Un cortado grande ¨. En el momento en que se retira la moza con mi pedido, el hombre que esta a dos mesas de distancia da media vuelta con su cabeza y me pregunta: ¨ ¿Vos sos de Quilmes? ¨. Y yo digo: ¨ ¿Miguel? ¨. Me acerco, le doy la mano y sonríe.
Miguel Mirra nació en Lanús, en 1950. Realizó Estudios de Historia y Antropología en la Universidad Nacional de Buenos Aires. Es egresado del Instituto de Arte Cinematográfico de Avellaneda como Realizador de Arguméntales y Documentales. Fundador y Director del Festival Nacional de Cine y Video Documental en Argentina, y es fundador del Festival Internacional Tres Continentes (Asia, África y América Latina). Y miembro del Movimiento de Documentalistas.
Me siento en frente de él y le explico que no lo había reconocido por el largo de su barba. Le hago saber que era media hora más temprano de lo que habíamos convenido, y si quería seguir con sus cosas, yo esperaba. Miguel me miro y me dijo que no había problema, que tomara mi café y luego comenzábamos con la entrevista.
Iniciamos una charlar, él llevaba la iniciativa. Me preguntaba sobre mis estudios, sobre mi trabajo, sobre Daniel González (profesor del área audiovisual de la Universidad Nacional de Quilmes, quien había sido mi contacto con mi entrevistado). Satisfecho con la información que le brindaba, como si no pudiese escapar de su rol de entrevistador, comenzamos con la entrevista.


− ¿Qué definición le daría al género documental?

− Es un género cinematográfico que va junto con la vida, que no la crea ni la recrea, sino que va junto. Una definición metafórica que puede servir seria: donde el realizador no se siente un creador que crea desde la nada, sino que más bien se siente un semejante del otro, es una manera de compartir con los demás la transformación de la realidad. En el cine de ficción uno maneja personajes, y la personalidad la acomoda uno a su neurosis. En cambio, en el documental uno va junto con la vida porque los otros son personas que viven como uno y son iguales a uno. La actitud del que hace ficción es la actitud de un dios; en cambio, la del que hace documental es la de un simple mortal, que comparte con otros esto de transformar la realidad; a transformarla en otra cosa, que pasa otra vez a formar parte de la realidad.

− Entonces ¿el documental transforma la realidad?

− El hecho de hacer un documental es una realidad, cuando hago un documental me involucro con esa realidad y en el momento en que me involucro ya la estoy transformando. Por eso es revolucionario el documental, porque se involucra con la realidad y la transforma. El documental revoluciona cuando se lo puede debatir, cuando se confrontan las ideas, cuando la sala de cine se transforma en una asamblea. Así como el documental se hace con la gente, hay que verlo con la gente. No siempre se puede, pero hay que tender a eso.

− ¿El género documental tiene alguna característica en particular?

− No se si hay una característica, lo que si te puedo decir que es muy rico.. Hay muchas variantes del documental, pero casi siempre fue el documental social antes que nada. Los 60 fue el destape del documental nacional y siempre, o casi siempre, fue social.

− Usted estudiaba antropología, pero luego la abandono para seguir cine ¿como fue ese cambio?

− En realidad fue el fruto de gente que en esa época estaba usando el súper 8 para investigaciones no graficas.Una de las estudiantes de una materia, ya ni me acuerdo de que materia era, comento lo que estaban haciendo, me intereso y comencé a ir a un par de reuniones, y me gusto. Entonces me anote en la escuela de Avellaneda para orientarme en el tema audiovisual, con relación a la antropología. En esa época recién aparecía la antropología visual, casi no existía. Y bueno, me empezó a interesar eso y después deje la carrera de antropología y seguí con el tema del cine. Fue medio de casualidad. El cine es el instrumento de la investigación antropológica, pero yo empecé al revés; a hacer cine antropológico, el mal llamado antropológico.


− Sus primeros trabajos en el cine documental fueron en la última etapa de la dictadura, en 1982 ¿sufrió algún tipo de censura?

− Yo no se si he tenido censura, por lo menos no directa. En general, la censura que hay en este país es estructural, ideológica y sobre todo económica: no te dan plata. Cuando empecé en la escuela de avellaneda formamos un grupo llamado ¨ Maskay ¨ que significa ¨ buscar ¨ en quechua. Nosotros trabajábamos y no sentíamos censura, por lo menos no en forma directa. Hoy en día hay censura que no es directa, por ejemplo, el canal encuentro, que parece muy amplio, también ejerce censura. Este canal no exhibe materiales que no tengan una calidad de primera, y eso es una especie de censura. No hay que pensar que no hay censura porque no hay un sensor con nombre y apellido, porque hay mucha censura de diferente tipo: económica, ideológica.

− Usted hace cine de ficción y cine documental ¿tiene alguna preferencia en particular?


− No, ahora últimamente me he dedicado exclusivamente al documental. Hace un par de años he hecho ficción pero me he orientado al documental. Son diferentes etapas de la de la vida, a veces uno tiene más ganas de hacer una cosa que otra. Ahora tengo un guión, que espero que me lo aprueben, lo estoy mandando a varios lados, sobre el tema de la revolución de mayo. Y por otro lado estoy haciendo un trabajo documental sobre Haroldo Conti y Rodolfo Walsh (aquí detiene la marcha y se queda en silencio, como si no quisiera adelantar mucho sobre este trabajo, y retoma diciendo), bueno y eso.

− ¿Qué grado de importancia tiene el recurso de la entrevista en el documental social?

− Es muy importante, pero lo que pasa es que no se puede hacer un documental solo basado en entrevistas, porque termina siendo un plomazo. Tiene que haber otros elementos que permitan ver un poco lo que se dice, no solo escuchar lo que alguien dice. Yo en realidad no he podido, pero me parece que seria interesante hacer un documental sin entrevistas, o por lo menos, con mínimo de entrevista. La entrevista es el recurso más fácil cuando uno no tiene plata. Cuando se quiere hacer otras cosas y utilizar otros recursos estéticos, otras formas del documental, ya se complica porque te lleva más tiempo y más plata. Sí, la entrevista es importante, pero no creo que no se puedan hacer documentales sin entrevistas. Después esta la forma de la entrevista. Una cosa es alguien que te hable sentado como un salame, y otra cosa es buscar la manera de que la gente te cuente sin la necesidad de sentarlas encadenadas en una silla. Se ha puesto de moda, sobre todo entre los periodistas, de que el documental es entrevista: no es así. Hay muchos más recursos, la entrevista es el más sencillo. Esta bueno que además que te cuenten algo lo puedas mostrar. Hay que mostrar a la gente en su propio contexto.

− En su texto ¨ Las huellas en las caverna ¨ usted habla de la función que debe cumplir el documentalista ¿Cuál es esa función?

− La función del documentalista es dejar una huella. Se trata de ese pedazo de realidad que uno le agrega. El documental es una huella de la realidad. ¿Viste los rastreadores cuando ven una huella? están viendo una parte de la realidad, que logran conocerla a través de la huella. Bueno, si vos ves un documental es una parte que te puede dar una idea del todo o del conjunto. Pero si además son muchas huellas entrelazadas y las sabes interpretar, te va a dar una cabal idea de la realidad.
Por eso, la idea de huella se la toma como concepto epistemológico. Es interesante ver al documental como huella, porque la huella es real, no es mentira, no es el animal, no es la persona pero es real, ha sido dejada por la persona.

− ¿Quiénes forman parte del Movimiento de Documentalistas?

− En el Movimiento hay periodistas, comunicadores, gente de historia, antropólogos, hay docentes, ósea, el campo del documental es mucho más amplio que el que agarra una cámara y registra. Toda esa gente forma parte del Movimiento, es un movimiento amplio, no se llena ficha de afiliación ni nada.

− ¿Cómo se posiciona el Movimiento frente al INCAA?

(Ante mi pregunta se pone serio y levanta el volumen de la voz, haciendo notar su desagrado por el INCAA) − No mantenemos ninguna relación con el INCAA, ni la queremos tener. Nosotros consideramos que el estado argentino es una administración colonial, así de sencillo. Nosotros creemos que cada vez más el estado argentino se ha transformado en un administrador de los intereses de otros, de las metrópolis. Por lo tanto, todas las instituciones estatales salvo la universidad, porque creemos que sigue siendo una isla democrática a pesar de que siga en la orbita del estado, son correas de transmisión de los intereses que están muy lejos en el norte.
Por un lado, el INCAA es una cueva de corrupción, ahí se labura para los amigos. Es una institución corrupta como casi todas, o todas, y ahí peor todavía. Por otro lado, creemos que es una perdida de tiempo ir a presionar al INCAA para que te den financiamiento, porque si se invirtieran esa cantidad de horas, de energía, de esfuerzo en producir documentales se simplificaría la producción. Porque en definitiva terminan dando dos o tres subsidios para los amigos, y vos ves un montón de gente perdiendo el tiempo pidiendo plata.
Nosotros producimos igual, a nosotros no nos hace falta entrar en madeja del colonialismo estatal, y no nos hace falta entrar en la corrupción de los organismos en manos de los burócratas para poder producir.
No es cierto que para producir documentales se necesite todo lo que ellos proponen. Porque vos sabes muy bien que con una Mini DV o una 170, y una computadora en tu casa podes hacer un excelente documental. Yo he ganado premios importantes sin tener que andar arrastrándome al servilismo ante los burócratas del INCAA. Es más, yo creo que más que ir a pedir plata habría que enjuiciarlos. Algún día tendrían que ir todos presos los del INCAA.

− El festival Nacional de cine que organiza el movimiento al que pertenece cumple 10 años ¿Qué balance hace de las producciones documentales que participaron en estos 10 años?

− Hubo un pico en el 2002, 2003, 2004, hasta el 2005, después viene decayendo en cantidad, no se si en calidad, pero si en cantidad, hay menos.
− ¿A que se debe?

− Hay varias razones; una es económica. No es cierto que la cosa este mejor, yo creo que esta peor, por lo menos los sectores de clase medio baja, sectores peculiares que antes hacían materiales y lo mandaban, ahora cada vez hay menos. Siguen produciendo los que tienen plata. Pero en los sectores del perfil de nuestro festival, que es el tema social, el tema sociocultural, socio ambiental esta difícil. Pero, por otro lado también hay una crisis de futuro. La gente percibe la corrupción, la mentira, hay una situación de mierda. Mucha gente se resiste a reconocer la realidad. Por eso es que no salimos públicamente a decir cosas, porque nos damos cuenta que inclusive compañeros nuestros, cuando vos le decís: ¨ ¡Pero esto es un desastre! ¨, ellos te dicen: ¨ Pero…bueno, esta mejor que antes ¨. Entonces se pone muy difícil y esa confusión paraliza porque no sabe para donde disparar. Igual al festival vamos a sostenerlo por todos lo medios. A pesar de todo esto, la experiencia ha sido extraordinaria en estos 10 años del festival

Reflexión sobre el género entrevista

Voy a empezar mi reflexión sobre el género de entrevista tratando de diferenciarla, en lo posible, de la conversación o el dialogo que tenemos en nuestra vida cotidiana.
Arfuch nos dice que la entrevista nos remite a formas de diálogos o conversaciones que mantenemos en nuestra cotidianeidad. Pero, a mi forma de ver, la entrevista tiene un objetivo que no lo tiene la conversación, o por lo menos no lo refleja en forma explicita. Se trata de la búsqueda de una información en particular. Si bien en la conversación se produce un intercambio de información, su búsqueda no es formal. Los interlocutores no planifican la conversación, sino que se da en forma instantánea. En cambio en la entrevista los roles de quien pregunta y quien responde están claramente fijados. Quienes participan de la entrevista son conscientes de que uno quiere algo que el otro tiene, y aquí es donde se ponen en juego las relaciones de poder.
Tanto Arfuch como Ulibarri consideran que entrevistamos cuando indagamos sobre un accidente, cuando preguntamos a un político sobre nuevas medidas, cuando hablamos con un cantante sobre su nuevo disco, etc. Estas entrevistas las encontramos en revistas, diarios, en el noticiero televisivo, por lo general encubiertas en otros tipos de géneros discursivos. Sin embargo, estas entrevistas no tienen la misma metodología de la conversación o el dialogo, sino que tienen una preparación más intensiva.
Aquí tratare de describir, en lo posible, las tres etapas de una entrevista: la investigación, el acto de la entrevista y la edición.

La Investigación

La investigación es la etapa previa a la realización de la entrevista. En esta etapa, el futuro entrevistador se dedica a buscar información sobre el personaje y/o tema que tendrá como centro la entrevista.
Arfuch compara el trabajo de investigación del entrevistador con el trabajo de un detective: ¨ El trabajo detectivesco comienza en ocasiones tratando de ubicar al personaje, ganarse su confianza, obtener finalmente una cita; otras veces se trata de una investigación previa al cuestionario, que concierne a una biografía, una teoría o una gestión, pero en todos los casos lo que prima en la imaginación del entrevistador es el deseo de desvelar algo.¨
Tanto el entrevistador como el detective se dedican a buscar algo, una información un dato. Eso que le despierta curiosidad sobre un tema o personaje.
Douglas Coupland tiene una mirada pesimista de la investigación que se realiza en estos tiempos para preparar una entrevista. Coupland sostiene: ¨ Toda la información que se necesita ya está en Google. Las entrevistas nunca van más allá de eso. Con anterioridad a Google, alguien que preparaba una entrevista tenía que hacer un verdadero trabajo de investigación que comprendía diarios, bibliotecas, visitas, acumulación de entrevistas anteriores y cierta cuota de energía. En la actualidad, no hace falta más que entrar al buscador para crear la ilusión de una verdadera investigación periodística ¨.
No estoy totalmente de acuerdo con esto que plantea Coupland. Me parece que no deja de ser una investigación entrar a un buscador para obtener una información determinada. La investigación tiene que ver con la búsqueda, y para eso están los buscadores de Internet. Además, toda información que uno pueda obtener a través de la investigación de diarios, bibliotecas, acumulación de entrevistas anteriores; la podemos encontrar en Internet. Los diarios tienen página Web con la misma información que tienen los diarios impresos. Los libros se pueden encontrar en forma digital, y las entrevistas aparecen por muchísimas páginas. No estoy de acuerdo en que las facilidades que brindan las tecnologías empeoran los métodos. Solamente son distintos.
Sin embargo, si bien la tecnología facilita la investigación, también dificulta el contacto cara a cara entre las personas. Cuando antes uno tenia que ir a la biblioteca, a los redacciones de diarios en búsqueda de información, siempre tenias que relacionarte con alguien que te facilitara la información, y en ese encuentro no solo se obtenía un dato especifico, sino también otra mirada sobre ese dato. Hoy en día son sistemas programados quienes te facilitan la información, no hay miradas sobre la información que se brinda.

El acto de la entrevista

En el acto de la entrevista se pone en juego, lo que Arfuch llama, redes de ínter subjetividades, obligaciones, la persuasión, el control o la violencia. Se tejen relaciones de poder donde ambos, el entrevistador como el entrevistado, persiguen un objetivo. Coupland decía que el concedía entrevistas porque quería que los lectores se conectaran con sus libros. De la misma manera que el entrevistador pide una entrevista con alguien para obtener una información determinada, el entrevistado también tiene sus razones para concederla.
Eduardo Ulibarri menciona cuatro situaciones en las cuales se pueden presentar problemas en una entrevista:
La apariencia y maneras del entrevistado: Aquí el problema es sobre la percepción que tiene el entrevistado sobre su entrevistador.
▪ La estructura y formulación de las preguntas: Una pregunta mal redactada, o que por su extensión es difícil de comprender, puede generar respuestas aun más confusas. Por eso, se recomienda organizar las preguntas, colocarlas en orden prioritario, de modo que si el tiempo se termina, al menos se haya cubierto las más importantes. Siempre es bueno, si es necesario, repreguntar, volver sobre un tema pendiente, resumir, hacer avanzar el dialogo, anular silencios, aprovechar elementos inesperados pero relevantes, etc. Hay que tener bien en claro que es lo que se busca con las preguntas: datos precisos, revelaciones, interpretaciones sobre los hechos, opiniones generales o testimonios.
La actitud del entrevistador: Si se estimula el antagonismo se puede cerrar las posibilidades de comunicación Hay que evitar esto, se debe ser cortes en el trato, pero firmes en lo que se pregunta. Hay que tratar de mantener el control de la entrevista. No hay que aceptar, a posteriori, lo que no se converso con anterioridad a la entrevista. Evitar la hostilidad abierta o la obsecuencia.
▪ Expectativas del entrevistador sobre las actitudes del entrevistado: Es probable que si el entrevistador supone que recibirá ciertas respuestas y actúa de acuerdo con esta suposición, el entrevistado responda de acuerdo con tales expectativas. Hay que tratar de ser lo mas objetivo posible. Evitar todo tipo de intervención que pueda influir en la respuesta del entrevistado.
Gabriel García Márquez dice: ¨ El cassette no es un sustituto de la memoria, sino una evolución de la humilde libreta de apuntes. La grabadora oye pero no escucha, repite pero no piensa, es fiel pero no tiene corazón… muchos entrevistadores no escuchan las respuestas por pensar en la siguiente pregunta ¨ Por eso, García Márquez recomienda tener siempre una libreta de apuntes donde se pueda hacer un punteo de las cosas que le van surgiendo al entrevistador mientras responde el entrevistado.

La edición

En esta etapa se pone en disputa dos formas de edición: una es la reproducción textual de la cinta; y la otra es la edición con la intervención de los sentidos y la razón del entrevistador.
En la revista que editó Andy Warhol, llamada Interview, las entrevistas que se publicaban eran la trascripción fiel de las cintas, incluyendo exclamaciones, titubeos y silencios.
La edición con intervención del entrevistador consiste en considerar que una entrevista es un contacto humano, un intercambio no solo de datos o ideas, sino también de instintos, emociones, simpatías, antipatías y oportunidades.
Lo que se pone en juego en la edición de la entrevista es la transparencia de lo que se dijo.
García Márquez sostiene que hay una idea equivoca de que la voz de la verdad no es tanto la del periodista que vio como la del entrevistado que declaro. Dice que para muchos la trascripción es la prueba de fuego, pero sin embargo confunden el sonido de las palabras, tropiezan con la semántica, naufragan en la ortografía y mueren en el infarto de la síntesis. García Márquez propone como solución volver a la libreta de notas para ir editando con la inteligencia a medida que escucha, y dejar a la grabadora su verdadera categoría de testigo invaluable.


Bibliografía consultada

- Ulibarri, Eduardo. Idea y Vida del Reportaje. Los otros cuentan, México, Trillas, Pág. 89-94.
- Arfuch, Leonor. La entrevista, una invención dialógica. Buenos Aires, Paidós, 1995, Pág. 49-52.
- Fresán, Rodrigo. Así habló Andy Warhol, en suplemento Radar, Página 12, 19/9/04.
- Coupland, Douglas. Amamos tanto a Morrissey, en revista Ñ. Buenos Aires, Clarín, 29-04-2006
- García Márquez, Gabriel. Discurso en la 52ª. Asamblea de la sociedad Interamericana de Prensa en Los Ángeles, California, 07-10-1996.

lunes, 1 de septiembre de 2008

A la hora de escribir

No se si puede existir un objeto material que sirva para relajar a un escritor a la hora de escribir. Quizá lo material no tiene importancia, sino lo simbólico. Considero que cuando se pretende comenzar a escribir, lo más importante es relajar la mente, buscar las palabras adecuadas y reformular las ideas confusas.
En los tiempos que corren, donde cada segundo vale oro, resulta difícil dedicarle tiempo a la escritura, sobre todo para quienes no tienen a la escritura como profesión.
Lo ideal seria relajarse y detener el reloj, mirar muy adentro de uno y dejar fluir las ideas. Estaría bueno quedar suspendido en el tiempo y espacio, donde solo el pensamiento permanezca activo.
Para mí, la oscuridad y el silencio de la noche es el mejor ambiente para poner en claro mis ideas. Hay que hundirse en la soledad y escribir nuestras conciencias

Nota de lector: Música para camaleones

La primera vez que leímos el texto ¨ Música para camaleones ¨ me resulto confuso, quizá porque se me hace dificultoso concentrarme cuando otro lee en voz alta. Por lo tanto decidí leer el texto nuevamente en mi casa, en mi habitación, en soledad; ya que estando solo puedo concentrarme mejor en mi lectura.
Al comenzar la lectura del texto mi primera impresión fue que se trataba de una entrevista, que alguien intentaba realizarle a una anciana de Martinica. Hay una descripción del personaje y de su entorno. El dialogo comienza con el tema de los camaleones y pareciera que ese seria el tema central. Pero recorriendo el texto párrafo por párrafo, la primera impresión que había tenido de que se trataba de una entrevista se va disolviendo, porque si fuera una entrevista los roles de entrevistado y entrevistador estarían bien marcados. Sin embargo, cuando uno recorre el texto observa que en el dialogo que se produce entre los personajes no hay roles marcados. Y es más, en ocasiones da la impresión que el supuesto entrevistado es en realidad el entrevistador.
Otra cosa que pude observar en el texto es que se puede encontrar una estructura, que comienza y termina con el tema de los camaleones. También el título del texto nos da una pauta de su tema central (Música para camaleones).
En el momento en que el invitado de Madame se siente atraído por el espejo negro y pretende describirlo, dice: ¨…procedo a describirlo al detalle, a la manera de esos escritores franceses avantgarde que, al haber descartado la narración, el personaje y la estructura, se limitan a párrafos de toda una pagina que detallan contornos de un solo objeto, la mecánica de un movimiento aislado: una pared, una pared blanca sobre la que camina, tortuosamente, una mosca ¨.
En esta cita, no se si me equivoco pero, noto cierto grado de ironía, una critica a los escritores franceses, por la forma de separarse de todo lo que hace al texto para describir, de manera aislada, un objeto en particular. A lo mejor, lo único que intenta es mostrar como se hace una descripción minuciosa de un objeto. ¿Ustedes que opinan?En general, me parece que lo que intenta hacer Capote, en este texto, es mezclar diferentes géneros, la entrevista, la narración, lo fantástico, y en cierto modo me parece que tuvo éxito.