Cada vez que me propongo escribir un cuento lo primero que aparece en mi cabeza es el personaje de la historia. Solo el personaje, con algunas características que luego se van amoldando con los sucesos de la historia. Por lo general, se me ocurre la primera oración o el primer párrafo, pero luego no se como va a continuar la historia.
En ocasiones aparecen personajes o situaciones que me obligan a cambiar el curso del relato. Siento que cuando escribo un cuento no es porque yo lo haya inventado sino que el mismo cuento quiso aparecer por su propia voluntad.
Raymond Carver dice que una vez se sentó a escribir lo que resultó ser un cuento bastante bueno, aunque sólo se le había ocurrido la primera frase cuando empezó: ¨ Estaba pasando la aspiradora cuando sonó el teléfono ¨.
Eso es lo que me gusta de los cuentos, que de cosas que parecen triviales se puede contar una historia; con poquito se puede hacer mucho.
Como todos los géneros literarios, el cuento también tiene su historia que se fue modificando con el tiempo. Jaime Rest cuenta que hasta el renacimiento la originalidad narrativa del cuentista radicaba exclusivamente en la novedosa reelaboración de anécdotas tradicionales, en tanto que lo que caracteriza al cuentista moderna es el hecho de presentar sus historia como el producto de su propia imaginación. El cuento moderno es de arte personal. Es como cualquier género literario. Cada cuento pertenece exclusivamente a su autor. Estas producciones reniegan del pasado, no quieren tener más antecedente que su único inventor, quieren que comience y termine su historia en él.
Rest sostiene que el cuento moderno, mediante enunciados fragmentados e indirectos, ha tratado de penetrar en algunas partes de la experiencia, las que por general fueron omitidas en la novela clásica.
Con respecto a las extensiones de los cuentos tradicionales y modernos s puede decir que la brevedad del cuento tradicional solía originarse en el hecho de que todas las acciones se agotaban en esa extensión; en cambio, los limites del cuento moderno, por lo general, están fijados por el poder de concentración que t8ene el narrador para elaborar en forma alusiva situaciones que de otro modo no se podrían contar literariamente.
La extensión, por lo general, breve de los cuentos es lo que facilita su lectura, más allá de la complejidad que se pueda presentar por l uso de determinadas palabras del escritor.
Si bien el escritor es quien inventa el cuento, no es él quien lo cuenta.
El escritor crea la figura de un narrador. Como señalan Alvarado y Yeannoteguy la presencia de un narrador es lo que caracteriza al cuento
¨ El narrador no es el autor. El autor es la persona de carne y hueso que escribe; pero cuando ese cuento es leído, el autor se borra, y el lector se encuentra frente a una voz enunciadora que el mismo cuento construye: la voz del narrador ¨.
La elección de la voz que narra, es fundamental cuando se escribe un cuento, ya que será el hilo conductor de la historia; será quien le mostrara con sus ojos lo que ve al lector.
Bruner sostiene que cuando hablamos de los cuentos se precisa un narrador, un sujeto que cuente y un objeto que sea contado. Un cuento refleja de algún modo el punto de vista o el conocimiento de mundo del narrador.
El género cuento es, a mi forma de ver, el preferido por la juventud, sobre todo por los niños. Hay cuentos que cuentan historias increíbles que solo pueden ser entendidas por la imaginación, y existen otros que atrapan por contar historias tan cercanas que las sentimos propias.
Entre los personajes de los cuentos de ficción aparecen los héroes salvando al mundo de los villanos, y eso hace feliz al lector.
Benjamín considera que desde el principio de los tiempos, el cuento ha enseñado al hombre lo aconsejable y todavía enseñar a los chicos a afrontar, con audacia y valor, a los poderes del mundo místico.
Para benjamín, el cuento fue una de las formas de sacar de la humanidad la pesadilla que los mitos habían provocado en las personas.
El cuento es liberador y aconseja para bien a los hombres.
El cuento se ha encargado de guardar en sí todas las fantasías que la mente proporciona al ser humano.
En todo cuento se cuenta dos historias según Piglia. Una historia encierra a la otra dejando ver algunos indicios. La historia 1, como la llama Piglia, es esa que esta en la superficie del cuento, y la historia dos es esa que esta oculta.
A mi forma de ver la historia secreta muchas veces esta oculta hasta para el mismo escritor, porque muchas veces refleja lo que inconcientemente quiere contar. Tiene que ver con aquello que está implícito en la historia central.
Para terminar con esta reflexión sobre el género cuento quiero tomar la cita que hace Gloria Pompillo de Eudora Welty, en su libro ¨ Permítame contarle una historia ¨, que dice así: ¨ El cuento, el modo en que ha llegado a ser en la página, es algo que va conociéndose a fuerza de enfrentar el desafió implícito en la historia, y de sobrellevar el trabajo, esa lucha –un proceso tan imprevisible para el escritor como si nunca hubiera intentado encararlo antes ¨.
En ocasiones aparecen personajes o situaciones que me obligan a cambiar el curso del relato. Siento que cuando escribo un cuento no es porque yo lo haya inventado sino que el mismo cuento quiso aparecer por su propia voluntad.
Raymond Carver dice que una vez se sentó a escribir lo que resultó ser un cuento bastante bueno, aunque sólo se le había ocurrido la primera frase cuando empezó: ¨ Estaba pasando la aspiradora cuando sonó el teléfono ¨.
Eso es lo que me gusta de los cuentos, que de cosas que parecen triviales se puede contar una historia; con poquito se puede hacer mucho.
Como todos los géneros literarios, el cuento también tiene su historia que se fue modificando con el tiempo. Jaime Rest cuenta que hasta el renacimiento la originalidad narrativa del cuentista radicaba exclusivamente en la novedosa reelaboración de anécdotas tradicionales, en tanto que lo que caracteriza al cuentista moderna es el hecho de presentar sus historia como el producto de su propia imaginación. El cuento moderno es de arte personal. Es como cualquier género literario. Cada cuento pertenece exclusivamente a su autor. Estas producciones reniegan del pasado, no quieren tener más antecedente que su único inventor, quieren que comience y termine su historia en él.
Rest sostiene que el cuento moderno, mediante enunciados fragmentados e indirectos, ha tratado de penetrar en algunas partes de la experiencia, las que por general fueron omitidas en la novela clásica.
Con respecto a las extensiones de los cuentos tradicionales y modernos s puede decir que la brevedad del cuento tradicional solía originarse en el hecho de que todas las acciones se agotaban en esa extensión; en cambio, los limites del cuento moderno, por lo general, están fijados por el poder de concentración que t8ene el narrador para elaborar en forma alusiva situaciones que de otro modo no se podrían contar literariamente.
La extensión, por lo general, breve de los cuentos es lo que facilita su lectura, más allá de la complejidad que se pueda presentar por l uso de determinadas palabras del escritor.
Si bien el escritor es quien inventa el cuento, no es él quien lo cuenta.
El escritor crea la figura de un narrador. Como señalan Alvarado y Yeannoteguy la presencia de un narrador es lo que caracteriza al cuento
¨ El narrador no es el autor. El autor es la persona de carne y hueso que escribe; pero cuando ese cuento es leído, el autor se borra, y el lector se encuentra frente a una voz enunciadora que el mismo cuento construye: la voz del narrador ¨.
La elección de la voz que narra, es fundamental cuando se escribe un cuento, ya que será el hilo conductor de la historia; será quien le mostrara con sus ojos lo que ve al lector.
Bruner sostiene que cuando hablamos de los cuentos se precisa un narrador, un sujeto que cuente y un objeto que sea contado. Un cuento refleja de algún modo el punto de vista o el conocimiento de mundo del narrador.
El género cuento es, a mi forma de ver, el preferido por la juventud, sobre todo por los niños. Hay cuentos que cuentan historias increíbles que solo pueden ser entendidas por la imaginación, y existen otros que atrapan por contar historias tan cercanas que las sentimos propias.
Entre los personajes de los cuentos de ficción aparecen los héroes salvando al mundo de los villanos, y eso hace feliz al lector.
Benjamín considera que desde el principio de los tiempos, el cuento ha enseñado al hombre lo aconsejable y todavía enseñar a los chicos a afrontar, con audacia y valor, a los poderes del mundo místico.
Para benjamín, el cuento fue una de las formas de sacar de la humanidad la pesadilla que los mitos habían provocado en las personas.
El cuento es liberador y aconseja para bien a los hombres.
El cuento se ha encargado de guardar en sí todas las fantasías que la mente proporciona al ser humano.
En todo cuento se cuenta dos historias según Piglia. Una historia encierra a la otra dejando ver algunos indicios. La historia 1, como la llama Piglia, es esa que esta en la superficie del cuento, y la historia dos es esa que esta oculta.
A mi forma de ver la historia secreta muchas veces esta oculta hasta para el mismo escritor, porque muchas veces refleja lo que inconcientemente quiere contar. Tiene que ver con aquello que está implícito en la historia central.
Para terminar con esta reflexión sobre el género cuento quiero tomar la cita que hace Gloria Pompillo de Eudora Welty, en su libro ¨ Permítame contarle una historia ¨, que dice así: ¨ El cuento, el modo en que ha llegado a ser en la página, es algo que va conociéndose a fuerza de enfrentar el desafió implícito en la historia, y de sobrellevar el trabajo, esa lucha –un proceso tan imprevisible para el escritor como si nunca hubiera intentado encararlo antes ¨.
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